En una noche lluviosa el conductor mira a un pájaro mojado aferrado al limpiaparabrisas, y por más que mueva el limpiaparabrisas el ave se niega a marcharse y volar.
El gorrión se aferra para salvar su vida, y al parecer está descansando para después retomar el vuelo, aunque quizá no pueda hacerlo por que sus alas están empapadas.
Lo más curioso es quel el ave no se mueve a pesar de las repetidas veces en las que el conductor trata de deshacerse del animal poniendo en marcha el parabrisas. ¡Así o más terco!
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